Cuando se trata de desarrollar una estrategia de marketing online, hay dos plataformas en las que se suele pensar para lanzar una campaña. Se trata de Facebook Ads, con Meta como responsable, y Google Ads firmada por Alphabet, matriz de Google.
Por eso, una de las preguntas más frecuentes es cuáles son las diferencias entre ambas plataformas y cuándo utilizar Facebook Ads o Google Ads. Veamos la respuesta a esta cuestión.
Diferencias entre Facebook Ads vs. Google Ads
Lo primero que hay que hacer es conocer en qué consiste cada plataforma de publicidad online y ver lo que aportan antes de decidir cuándo usar una u otra.
Características de Facebook Ads
Facebook sigue siendo una de las redes sociales más utilizadas del mundo, con millones de usuarios que se conectan todos los días. Facebook Ads permite subir anuncios relacionados tanto con una página o un enlace externo.
Facebook Ads es un buen recurso para tiendas online, negocios como pymes o eventos. Permite segmentar el perfil de usuario al que se quiere llegar, en función del público objetivo.
Google Ads
El gigante de las búsquedas cuenta con una red de publicidad inmensa, tanto por el número de visitas como por la cantidad de anunciantes que la eligen para sus campañas.
La principal diferencia con Facebook Ads es que tiene más de una red en la que se puede mostrar un anuncio, ya que además del buscador se puede aparecer en las bandejas de correo de Gmail o en canales de YouTube, ampliando las posibilidades de generar branding y aumentar el alcance.
Factores a tener en cuenta para elegir cuándo usar Facebook Ads o Google Ads
Para tomar una decisión, se deben tomar en cuenta 5 factores básicos:
- Usuario. La mente de los usuarios es un poco diferente en función de si utilizan Facebook o Google. En Facebook es muy importante saber segmentar al público objetivo en función de su edad, intereses, etc., mientras que en Google se buscan respuestas, y los anuncios deben tener relación con esto.
- Inversión. A nivel de economía, Facebook Ads suele ser la alternativa más asequible, aunque en Google Ads se logra un mayor ROI. Por lo que si el presupuesto no es problema, esta última puede ser la opción recomendada.
- Audiencia. Google trabaja con palabras clave, mientras que en Facebook se aplican filtros por zona, género, intereses o dispositivo que utiliza el público.
- Actividad. En Facebook Ads se puede llegar a un público que quizás no conozca la actividad de la empresa, pero que tiene intereses afines a esta. En Google Ads también se puede llegar si se usan las keywords correctas, aunque hay menos posibilidades de lograrlo.
- Formato de anuncio. En este aspecto, Facebook Ads se posiciona como mejor opción por la amplia variedad de formatos que se pueden aplicar, como anuncios estáticos, Reels, vídeos e incluso anuncios en Instagram o WhatsApp.
Google está algo más limitado en este sentido, aunque ya está aplicando nuevos formatos en algunas de sus plataformas, sobre todo en YouTube.
En resumen, ¿cuándo usar Facebook Ads y cuándo apostar por Google Ads?
Vistas las diferencias y principales características de cada una de las plataformas, es probable que te des cuenta de que no se trata de rivales, sino de dos métodos distintos e incluso complementarios en determinadas ocasiones.
Es decir, que puede que no haga falta escoger entre una u otra, sino combinarlas para desarrollar una estrategia de marketing más eficaz. Lo recomendable es entender en cuál de ellas publicar un anuncio y qué formato destacar.
Para los anuncios por búsqueda en función de una determinada palabra o frase clave, o cuando se quiere mostrar un producto que busca el público, Google Ads puede ser la opción adecuada.
Si prefieres anuncios visuales en los que destaca el contenido de vídeo, fotografías o carruseles, por ejemplo, Facebook es la que mejor funciona. Además de que permite escoger entre varias plataformas como la propia Facebook, Instagram o estados de WhatsApp.
Si lo que quieres es hacer branding y a la vez captar a un público lo más extenso posible, el éxito está en combinar ambos y desarrollar una estrategia que logre una tasa de conversión y retorno de la inversión óptimas, en función del presupuesto del que dispongas.
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